Mucha dedicación, no obstante lo hace sentir regocijado al ver la planta desarrollarse y adoptar la forma que él desea.
Ello reviste una atención sistemática, reafirma, para que puedan sobrevivir mediante una serie de técnicas como la poda en su momento, el corte de raíces que es crucial, y en el que no pueden cometerse errores, porque puede perderse el trabajo de años.
La gran satisfacción la muestra cuando se refiere al momento especial en que floreció el framboyán. Dice que dos de sus bonsáis son los más representativos y emblemáticos, un tamarindo y el júcaro, que tiene ya más de tres decadas .
El jucaro es un árbol que puede alcanzar gran altura y poseer un tronco de enormes dimensiones. Parece increíble cómo con las técnicas aplicadas mantenga 50 centímetros de alto. Larrea lo considera el más emblemático de la colección, integrada además por un roble, una caoba, un tamarindo, una uva caleta, un framboyán y un jagüey, entre otras disímiles especies.
.El Club del Bonsái de Sagua la Grande como homenaje al Día de las Madres realizó en la Casa de la Cultura de la ciudad, una expo venta de sus mejores ejemplares y el público adquirió los de su agrado.