CAMAGÜEY.- En las “recetas cubanas” favoritas contra el calor hay un altísimo componente de agua. Difícilmente en esta época alguien aquí no añore piscinas, ríos o playas. Los “descongelantes” meses de julio y agosto obligan a buscar antídotos para mitigar sudoraciones intensas. Mas hoy en una ciudad como Camagüey, las albercas resultan insuficientes para los vacacionistas.

PISCINA, PISCINA, PERO...

La habitual disponibilidad de estas instalaciones se ha visto afectada por roturas imprevistas de equipos, o falta de componentes imprescindibles para su funcionamiento. Un periplo, a manera de escaneo, permitió a Adelante detectar esos y otros problemas con la disponibilidad de cloro, en especial en aquellas atendidas por el Inder.

La situación ya tiene fuera de funcionamiento a dos. Inactiva por varios días ha estado la del Combinado Deportivo contiguo a la sala polivalente Rafael Fortún, y película similar “vive” la de la barriada de Previsora.

Otro cierre resulta inminente. La que se añade a la lista es la aledaña a la escuela Josué País, en la Avenida de los Mártires, conocida como “Ana Josefa”. Requiere entre 20 y 30 litros diarios de ese producto, según el salvavidas de la instalación, Yenier Leiva Jiménez. “Pero ya se nos agotó y, por tanto, no podemos continuar prestando el servicio”, lamenta, significando que esa opción la aprovecharían unas 60 personas diarias, sobre todo menores de edad.

Iosvany Urizarri, subdirector de aseguramiento de la Dirección Provincial de Deportes, afirmó que la entidad proveedora, la Empresa Comercializadora del Inder, la cual tiene el contrato y el transporte especializado, debe entregar en los próximos días a la provincia la cantidad necesaria de cloro que permita asegurar la continuidad de los servicios de sus tres piscinas en la cabecera provincial.

Y SIN EMBARGO...

El tema tiene otros aires, más frescos, en diversos puntos de la urbe, donde ha sido posible paliar las deficiencias y brindar el demandado servicio.

En el Centro Cultural Recreativo Casino, la buena llegó por intermedio de Tomás Pérez, el subdirector de Recreación, quien aseguró que pudieron solucionar las eventualidades técnicas y su piscina (asimila unos 150 bañistas) este fin de semana ya recibe concurrentes.

La entidad, perteneciente a la Empresa de Turismo Santa Lucía, tiene un programa de ofertas para las diversas generaciones que acuden a sus áreas durante la semana, y en las jornadas dominicales hay opciones para todos los gustos, incluida la parrillada.

Mucha afluencia tiene la Villa Azucarera, de la Empresa de Alojamiento, donde la atención se asume de 9:00 a.m. a 4:30 p.m., con precios de cinco pesos para los menores y diez para los adultos. “Por lo regular, apuntó Roberto Ramos, jefe de Seguridad y Protección allí, recibimos unas 100 personas, en su mayoría jóvenes”.

Otras dos variantes, aunque un poco más alejadas, pueden encontrarse hacia el este.

La alberca de El Cocoloba, en el Jardín Botánico, por sus dimensiones y profundidad es especial para los pequeños, únicos usuarios mientras la familia los cuida desde afuera. Allí, con una oferta gastronómica variada, “todo está garantizado”, afirmó el salvavidas Eduardo Tobías. “Solo descansamos los lunes, agregó, para crear las condiciones necesarias para abrir el resto de la semana”.

El Parque Temático Orquideario, en la circunvalante sur de la ciudad, perteneciente a la Empresa Pecuaria Maraguán, es una eterna invitación. Entre sus “platos fuertes” está la piscina, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. a disposición del público. “Atendemos todos los días en verano. Para septiembre será de martes a domingos”, aseveró el director de la UEB, Osmedi Meléndez González.

Vía telefónica confirmamos también en funcionamiento la del complejo Arroyón. Según Pedro Emilio Jiménez, almacenero de la entidad, los baños para el público son de jueves a domingo, de 10:00 a.m. a 5:00 p.m., con precios de 2.00 pesos (niños) y 5.00 (adultos).

¿SIN PISCINA?… HAY VERANO

Por Camagüey inició oficialmente el verano en el país. Ya casi al cierre, algunos escollos limitan el sano esparcimiento de la población, pues aunque las piscinas no son la única opción para vivir la etapa estival, es indudable su protagonismo en una urbe tan alejada del mar.

No es la primera vez que esto pasa, las limitaciones materiales, en especial con el cloro, son reales. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que estos dos meses del año en el año muestran si cuanto hicimos para la recreación el resto del calendario tuvo o no aciertos.

Amplísimo resulta el “menú” del verano en la provincia, pero vivirlo a plenitud, en este Archipiélago, incluye un poco de agua.