El reclamo de Cuba de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero tiene un respaldo creciente y su mayor expresión son los 188 países que en ONU dijeron si contra esa política de Estados Unidos el pasado año.
 
Durante 22 años la isla ha presentado un informe ante Naciones Unidas en el que recoge las principales afectaciones que ocasiona anualmente el cuerpo de ley impuesto por la Casa Blanca, reforzado además con regulaciones que le imprimen un carácter extraterritorial.
 
Las leyes Helms Burton (1996) y Torricelli (1992), adheridas con posterioridad al bloqueo, impiden que otros países comercien libremente con Cuba, por lo que esas medidas diseñadas con el fin de rendir por hambre a la isla, también afectan los intereses de terceros.
 
De acuerdo con el documento titulado Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba el daño económico ocasionado a Cuba, considerando la depreciación del dólar frente al valor oro en el mercado internacional, asciende a más de un billón de billones de dólares.
 
Apunta que a precios corrientes, durante todos estos años, el bloqueo ha provocado perjuicios por más de 116 mil 880 millones de dólares.
 
Asegura el documento divulgado por el Ministerio de Relaciones Exteriores que desde diversos países del mundo y desde lo interno de esa nación norteña se reclama cada vez con más fuerza por el levantamiento de esas sanciones unilaterales.
 
El embajador de Ecuador ante la ONU, Xavier Lasso, vaticinó que este martes la Asamblea General volverá a emitir una categórica condena al bloqueo.
 
Advirtió que llamar a la unilateral sanción injusta, inmoral, criminal y salvaje no es suficiente, por el sufrimiento que persigue y causa en el pueblo de la isla.
 
El diplomático indicó que con Cuba no cabe otra cosa que la solidaridad, hasta lograr el levantamiento del bloqueo mantenido por una decena de presidentes norteamericanos.
 
El texto recoge varios ejemplos de la oposición dentro de la sociedad norteamericana a esa agresiva política que perdura desde hace 55 años.
 
De acuerdo con el documento, el 18 de mayo de 2013, la representante Kathy Castor publicó un artículo en el periódico Tampa Bay Times llamado Lo que aprendí en Cuba, en el que expresa la necesidad de que Estados Unidos reconozca los cambios que suceden en la isla caribeña.
 
Castor insta al presidente Obama y al secretario de Estado, John Kerry, a tomar acciones para promover negociaciones directas con Cuba y los exhorta a levantar el bloqueo, eliminar las restricciones de viajes de los norteamericanos o al menos establecer una licencia general con ese fin.
 
Llama también a normalizar las relaciones bilaterales, sacar a Cuba de la lista de estados terroristas, promover el intercambio con Cuba para aprovechar las ventajas del puerto del Mariel, en la provincia de Artemisa e incrementar la cooperación en temas como la prospección petrolera y el medio ambiente.
 
Un artículo de Katrina Vanden Heulen, editora de la revista The Nation se publicó en julio de 2013 en el diario Washington Post con el título de Estados Unidos debe levantar el embargo a Cuba.
 
Vanden Heulen destaca que el bloqueo es una política anticuada que solo ha servido para prestigiar a Cuba y aislar a Estados Unidos de América Latina y resalta el signo positivo de los cambios económicos en la isla.
 
Asimismo, el 16 de agosto de 2013, la Sección de la región Medio-Oeste de la Conferencia Legislativa del Consejo de Gobiernos Estaduales, al que pertenecen los estados de Illinois, Indiana, Iowa, Kansas, Michigan, Minnesota, Nebraska, Dakota del Norte, Ohio, Dakota del Sur y Wisconsin, aprobó una resolución condenatoria del bloqueo, la cual argumenta que esa política limita sus posibilidades comerciales.
 
En septiembre de 2013, el reverendo Richard Pates, presidente de la Comisión de Justicia Internacional y Paz de la Conferencia de Obispos Católicos, exigió normalizar las relaciones con Cuba y retirar a la isla de la lista de países que patrocinan el terrorismo en una carta a Susan Rice, asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
 
Entre otros ejemplos el texto señala cómo el presidente Barack Obama, en un evento de recaudación de fondos para el Partido Demócrata, reconoció la obsolescencia de la política hacia Cuba al cuestionar la efectividad de la misma en las condiciones actuales.
 
Apunta que según Obama esta política debe continuar actualizándose de forma "creativa y reflexiva".